Las grasas siempre figuran como ” los malos de la película”, pero… ¿por qué ocurre esto? y ¿realmente siempre es así?

Tradicionalmente siempre se pensó que las grasas no eran buenas. En esta nota veremos que cumplen también un rol beneficioso si se las utiliza adecuadamente. Para vivir, los seres humanos necesitamos realizar un gasto energético; los alimentos al “quemarse” le proveen de energía (calorías) y de una cantidad importante de nutrientes.

Las grasas o lípidos constituyen la fuente energética más concentrada de los alimentos, ya que aportan más del doble que los hidratos de carbono(HC) y que cualquier otro nutriente aportado por la dieta ( 9 cal x gramo de grasa contra 4,1 cal x gramo de Hidratos de Carbono o de Proteínas). Por esta, y otras razones que a continuación enumeramos, las grasas son nutrientes importantes en la alimentación:

  • Constituyen la reserva energética del cuerpo, depositada en el tejido adiposo.
  • Regulan la temperatura corporal
  • Intervienen en el sabor y la textura de los alimentos.
  • Poseen (por su lenta digestión) un elevado poder de saciedad.
  • Son transportadoras de vitaminas liposolubles como la A-D-E y K.
  • Y la más importante: son la única fuente de ácidos grasos indispensables, o sea de ácidos grasos que el organismo por sí mismo no puede producir.

Considerando su origen, podemos dividirlas en:

  • Grasas animales (carnes, lácteos, huevos, etc) que están formadas fundamentalmente por grasas saturadas, que si están presentes en cantidad elevada en la dieta, pueden producir aumento del colesterol, mayor riesgo de ateroesclerosis, enf. cardiovasculares y cáncer.
  • Grasas vegetales (vegetales y aceites de origen vegetal) formadas por grasas insaturadas y esenciales que junto con algunas grasas de origen animal (aceite de pescado) como son el omega 3 (w3) son realmente beneficiosas para las enfermedades cardiovasculares, ya que disminuyen el riesgo de las mismas y, según algunos autores, reducen hasta en un 34% la mortalidad cardiovascular. Con respecto a este grupo de ácidos grasos llamados omega 3, se han publicado en los últimos años más de 10.000 estudios clínicos, donde se pone en evidencia que:
    • Reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
    • Mejoran los valores del colesterol HDL (bueno) y descienden los triglicéridos
    • Favorecen el buen funcionamiento renal
    • Contribuyen en la disminución de la presión arterial
    • Omega 6 (w6): poseen un efecto positivo en la prevención de enfermedades cardiovasculares, ateroesclerosis y algunos cánceres.

¡Pero cuidado! El consumo exagerado de grasas es perjudicial, y esto ocurre cuando su ingesta está por encima del 30 % del valor calórico de la dieta. Esta es la razón por la que se aconseja consumir menos del 30 % de las calorías provenientes de grasas. Un ejemplo práctico sería: para una mujer de 25 años que necesita 2200 calorías por día, las grasas no deben superar los 73 gr. y de esa cantidad no más de 7 gr. de grasas animales y el resto de origen vegetal. Aquí adjunto un cuadro un cuadro para que veas dónde están estos nutrientes:

Como verás, no son tan malas como parecen. Hay algunas grasas que nos perjudican y otras que nos favorecen; lo ideal y el comer bien consiste en el uso adecuado de las mismas, ya que no se puede ni se debe prescindir de ellas.